29.6.13

Diario de un perdedor: XII. Sólo una noche

[Capítulos anteriores: IIIIIIIV, V, VIVII, VIII, IX, X, XI]

Llevo despierto veinte minutos y casi diez mirándola dormir. Tiene un tatuaje en la espalda, justo debajo del cuello, que se parece a una palmera pequeña. Apenas si se le escucha respirar, por ratos jala la sábana hacia ella, acurrucándose en mi lado favorito de la cama que parece haber sido suya desde siempre. Las cortinas están cerradas pero se filtran caprichosos algunos rayos del sol que parece querer espiarla dormir.