Mi hermana se casó en el 2010 y además del regalo, le
escribí unos versos que pensaba entregarle detrás de una
postal o foto familiar pero luego con el alboroto de la fiesta y
una buena dosis de vergüenza, el presente se quedó en mi
bolsillo. Cuatro años más tarde fui
invitado a la boda de un buen amigo en Salento, Italia. Durante los votos nupciales, la novia extrajo una
pequeña hoja de papel con un poema corto que cantaba al amor. Fue entonces que recordé las líneas que dejé esperando
voluntariamente por tanto tiempo. Haciendo honor a una frase que me
gusta mucho, que dice "nunca es el momento perfecto", decidí escribir un breve email a mi hermana, enviándole su (verdadero) regalo de bodas:
Son sólo diez líneas pero estoy convencido de que cuando algo sale del corazón hasta una palabra se siente distinta y por fortuna así lo tomó ella, que contestó casi de inmediato agradeciéndome por escribirle (admito que debo hacerlo más seguido) y encantada con el detalle. La distancia es cruel y me habría gustado ver su expresión al leerla y también recibir físicamente el abrazo que me envió en texto, felizmente algo que aprecio de este oficio es que la imaginación la entrenas todo el tiempo, por lo que conseguí dibujar mentalmente su rostro risueño.
Me gustaría mucho saber si alguna vez utilizan estos versos en una boda, considérenlo un humilde regalo de mi parte.
Que original, voy a probarlo para la boda de mi primo
ResponderEliminarGenial! Espero le guste, felicidades a tu primo.
Eliminar