14.4.16

La suerte de una promesa

“Lo único que nos queda por alardear es el amor. No existe otra fuerza que lo supere"

Los autos transitaban en caótica armonía por la calle Los Eucaliptos y Claudio aún no se sentía listo para ver a Patricia bajar de uno de ellos. Habían pasado diez años desde que se mudó a Miami y trece desde que la vio por última vez. Mientras esperaba su llegada, se preguntaba si ella lo reconocería de inmediato o le tomaría unos segundos hacerlo. En el peor de los casos se justificaría diciendo “Es que ahora te ves mejor”. La conocía tan bien.