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Mostrando entradas de 2013

Whisky [cuento corto de Navidad]

Las cosas no andaban del todo bien en el taller de Don Pascual. Una semana atrás durante la madrugada habían entrado a robar -seguramente las llantas alemanas que acababa de comprar- y aunque se percató a tiempo para hacer huir a los ladrones, le habían estropeado la puerta de metal. Boris, su viejo pastor alemán, ni se dio cuenta. Aunque en el pasado había evitado varios tentativos de hurto, ahora estaba cada vez más perezoso y con menos reflejos. Pero Don Pascual no pensaba siquiera en despertarlo, luego de diez años acompañándolo desde las seis de la mañana hasta el fin de la jornada, se merecía todo el descanso  del mundo.

El buen vecino [cuento corto]

“ Un apoyo varoncito ” era –en el mejor de los casos- la frase con la que Modesto Carbajal era recibido en la Unidad Vecinal Matuta, donde nació, creció y seguramente moriría. Cien metros separaban la esquina donde lo dejaba el taxi y su departamento, distancia suficiente para que se le acerque alguien a robarle. Era ese el submundo que lo esperaba cada noche, en el que sobraban las peleas, los perros y el alcohol pero faltaba todo lo demás, empezando por un pedazo de carne en el plato de sopa a la hora de almuerzo. Con tal analogía se podría explicar su suerte, nadando entre fideos escuálidos y verduras viejas, el primero y único que merecía un bocado.

Atómico [cuento corto]

A la edad de veinte años cayó en la conclusión de que llamarse Maximiliano Buendía sería el primer impedimento para convertirse en un superhéroe. Sabía que tal nombre de pila estaba destinado al olvido, le serviría sólo para pasar desapercibido entre la multitud, sería tan importante como Fulanito Detal. Una noche, viendo un documental por televisión, escuchó por primera vez el término “atómico” y aunque no entendió su significado, fue como una iluminación, sensación que le hizo hasta temblar; supo entonces que llamándose así alcanzaría la inmortalidad.

Una en un millón [cuento corto]

Éste era un hombre que luego de dos años de casado se enteró que era alérgico a su esposa. Aquí no se trata de una broma o modo de decir, ya que los casados están acostumbrados a disparar el término con temeraria ligereza para referirse a todo lo que encuentran pesado, feo, aterrador. Tal es así que con el tiempo desarrollan la alergia a la suegra, al supermercado, a los bancos y a un robusto etcétera. Pero éste no era el caso. Se trataba de una extraña enfermedad en la que el organismo de un individuo reacciona ante la cercanía de otra persona en particular, una que lleva un gen raro, presente en un habitante del mundo entre un millón. Y resulta que estos dos caprichos de la genética se encontraron y enamoraron, zurrándose en toda estadística y probabilidad.

Mi amigo Iván [cuento corto]

Nos conocimos, literalmente, a golpes. Era la Semana Universitaria PUCP 2003 y se jugaban las semifinales de fútbol, yo jugaba para la facultad de Arquitectura y él para la de Administración. Empatábamos a cero y faltando poco para el final del partido uno de nuestros delanteros fue empujado cuando estaba frente al arco rival. El árbitro decidió no cobrar ninguna falta y se armó el lío. Dos horas más tarde el equipo ganador, o sea el de Iván, ofreció seis cajas de cerveza al equipo perdedor, o sea el mío. Y entre vasos llenos, chistes malos y ojos morados, nos hicimos amigos.

Destino [cuento corto]

- ¡Hora del sorteo muchachos! – anunciaba Emilio, el más viejo de la fiesta. Hasta ese momento la despedida de soltero de Ricardo iba mejor de lo esperado: las chicas que contrataron llegaron puntuales y disfrazadas de provocadoras diablas, la lujosa suite del hotel era enorme y estábamos permitidos de hacer el ruido que queríamos, todos los colegas y amigos convocados estaban presentes y lo que era más importante, el futuro esposo estaba pasándola bien.

¿Qué es un #cuentoexpreso?

Hace unos meses comenzamos a publicar semanalmente una serie de cuentos etiquetados como #cuentoexpreso. Se tratan de relatos breves que al imprimirse ocuparían sólo una página, pensados para ser leídos mientras tomamos un café, viajamos en el bus o estamos en la cola del banco. En fin, las opciones son tan amplias como los momentos en los que buscamos desconectarnos por unos minutos. El estilo hashtag para identificar a un #cuentoexpreso sirve para darle el toque de Social Media que ya es parte de nuestra vida cotidiana. **ACTUALIZACION** Para ver la lista de todos los cuentos, haz click en este enlace: #cuentoexpreso ¡Gracias por suscribirte, comentar y compartir!

Raquel [cuento corto]

A las once de la noche la discoteca Alquimia estaba llena, el calor era insoportable y la gente apenas podía moverse. Alfredo y sus amigos celebraban el fin del primer ciclo en la universidad y querían cerrar con broche de oro la velada, por lo que llevaban más de una hora buscando un poco de interacción con el sexo opuesto. Pero un grupo de cuatro imberbes alcoholizados y con cara de arrechura eran razones suficientes para espantar a cualquier fémina que se respete.

La profesora [cuento corto]

Crecí escuchando a The Beatles gracias a mi papá y ese gusto lo heredé a mi hijo Franco. Me divierto tanto viéndolo cantar a su manera y dar saltitos en su asiento mientras vamos camino a la escuela. Son momentos únicos, momentos buenos, atrás quedaron los días cuando discutía todo el tiempo con Isabel, las desilusiones, los insultos. Ha pasado un año desde que nos divorciamos y nuestras vidas giran ahora en torno al pequeño que nos recuerda cuánto nos amamos.

Mala suerte [cuento corto]

Parque Sempione, Milán Lo único que hice fue correr con ella, me dice con la voz pausada, mirada perdida y semblante pálido, retrato de un hombre derrotado. Dibujo dos círculos en mi cuaderno tratando de concentrarme y le pido que me vuelva a contar su historia. Quisiera ofrecerle un cigarrillo pero me queda sólo uno y sé que lo necesitaré después. Él entonces descansa sus manos sobre la mesa y comienza.

Amor de verano [cuento corto]

Nos miramos por un rato sin decirnos nada, podría haber jurado que a la distancia se escuchaba The Way de Fastball, nuestra canción favorita en esos días, banda sonora de nuestra historia. Ella me tomó de la mano y caminamos juntos sobre la arena todavía tibia. Por un minuto volvimos a ser rebeldes, soñadores, tontos.  De repente tropecé, por poco caemos, ella soltó un desesperado pero honesto “ ¡ mierda!”  y comenzamos a reír como dos locos. Por segunda vez en nuestras vidas no había espacio para discursos, explicaciones, mucho menos promesas, que entonces no pesaban tanto como ahora que tenemos treinta años. Sólo risas salpicadas de nostalgia en homenaje a un amor que nació una noche como ésta, en la misma playa, hace quince años.

Dulce Carmela [cuento corto]

Doña Carmela tuvo cuatro hijos, la mitad que su madre y un tercio que la abuela. Buenos tiempos los de antes, era su frase preferida. Desde chica aprendió a cocinar y planchar para atender a sus hermanos mayores, vieja escuela de madres provincianas que se extinguió con el tiempo. Escuela sin embargo que aplicó sin tanto éxito con sus críos, quienes salieron más curiosos, menos conformistas, más traviesos. Iván, su esposo, trabajaba en una mina y era común que llegara a casa sólo los fines de semana, aunque su arribo era toda una fiesta porque traía juguetes, caramelos y chocolates para los hijos. Y bombones para Dulce, como la llamaba desde cuando eran novios.

Bigote Carrillo [cuento corto]

El flaco Torres soltó una carcajada y dio un golpe a la mesa con las dos manos cuando el mesero que nos trajo la segunda ronda de cervezas nos confirmó que el tipo sentado en el otro extremo del local era el legendario "bigote" Carrillo. Me debes la otra ronda , me dijo el flaco, quitándose la corbata con la mano izquierda mientras que con la derecha llenaba su vaso. Ese tío era mi héroe carajo , continuó, nostálgico. Quizás lo fue para todos los que vimos su programa concurso del canal cinco, lleno de bailarinas y cantantes de todo el mundo. Él trajo por primera vez a Héctor Lavoe, dicen que Mercedes Sosa lo recibía como a un hermano cada vez que la visitaba. Éste se ha paseado por todos lados, míralo ahora solito chupando.

El Pirata [cuento corto]

Escuálido y desgarbado desde que aprendió a caminar, en el barrio lo habían visto crecer como a esa planta silvestre que nadie quiere regar pero consigue sobrevivir contra cualquier pronóstico. Fue un adoptado de la calle, que le regaló pan seco para comer y pies rápidos para escapar con frutas que robaba del mercadito. De sus padres y hermanos supo casi nada, unos le contaron que sufrieron un accidente, otros le dijeron que se fueron a trabajar a una plantación de café en Costa Rica. Nadie le dijo por qué lo abandonaron, tampoco él lo preguntó. Le decían El Pirata porque de chiquito le cayó una piedra en el ojo mientras peleaba en una de las tantas broncas que se armaban entre pandillas de los barrios más humildes de La Victoria, donde un pedazo de terreno se protege con la vida misma. Esta herida le hizo llevar por varios meses un parche sucio para cubrir su ojo izquierdo que nunca sanaría del todo.

La alemana [cuento corto]

(Basada en una historia real) Keep the change  – dijo sonriendo la alemana en un perfecto inglés, deslizando hacia el borde de la mesa los treinta y tres soles* que Marco le acababa de dar. Pudo haber sido su peor día de la semana: había jalado el examen final de Economía por segunda vez,  discutido con Giuliana delante de sus amigas y como consecuencia llegado tarde al bar, por lo que le descontarían una hora de su paga quincenal. Pero esos tres billetes, tres monedas y la sonrisa de la joven teutona les resultaban como una suave palmadita en el hombro convenciéndolo de que después de todo, las cosas iban a estar bien.

Diario de un perdedor: XII. Sólo una noche

[Capítulos anteriores:  I ,  II ,  III ,  IV , V , VI ,  VII , VIII , IX , X , XI ] Llevo despierto veinte minutos y casi diez mirándola dormir. Tiene un tatuaje en la espalda, justo debajo del cuello, que se parece a una palmera pequeña. Apenas si se le escucha respirar, por ratos jala la sábana hacia ella, acurrucándose en mi lado favorito de la cama que parece haber sido suya desde siempre. Las cortinas están cerradas pero se filtran caprichosos algunos rayos del sol que parece querer espiarla dormir.

Octavo piso [cuento corto]

Gabriel salió de un salto de su cama cuando vio que se le hacía tarde para llegar a la oficina, historia de todos los días. Ni el cambio de sonido del despertador ni el ponerlo lejos de su alcance habían dado resultado. Aunque el calendario indicaba que la primavera había comenzado hace buen rato, las mañanas seguían siendo grises, razón suficiente para enrollarse entre las sábanas en lugar de librarse de ellas.

Diario de un perdedor: XI. La novia

[Capítulos anteriores:  I ,  II ,  III ,  IV , V , VI ,  VII , VIII , IX , X ] La conocí durante el verano de 1998, clase de Contabilidad II, Universidad del Pacífico. Siempre con el peinado media cola, hombros bronceados, desnudos, y cintura delgadísima que adornaba acertadamente con correas coloridas, haciéndolas combinar con sus lentes de sol y minifaldas de jean. Esta última parte de su look era lo que todos los varones agradecíamos en silencio. Tan famosas eran sus minifaldas que era habitual escuchar de ellas en conversaciones de amigos, colegas y pajeros de la facultad.

Cuándo fue

Recuerdas que pensaste no saldrías de esa calle donde te perdiste pensaste haber quedado sin voz si parecía que nadie te escuchaba Cuándo fue la última vez que decidiste hacer algo por primera vez que sin prejuicios te arrojaste libre de poder ser parte y juez Recuerdas que era el amor de tu vida que no volverías más a ilusionarte para que un día te sorprendas llegar a casa pensando en su mirada Cuándo fue la última vez que perdonaste que transformaste en abrazo ese rencor olvidaste que un día tú también pediste la oportunidad de hacerlo mejor

Cuatro estaciones

Content licensed under Creative Commons Source: NRKbeta.no Hace buen rato que dimos la bienvenida al 2013 y los muchos meses que nos esperan viviremos dias de calor, frío, sol, lluvia, alegrías y amarguras. Solo recuerden siempre al gran Eddie Vedder cuando dice que no importa qué tan frio sea el invierno, habrá una primavera más adelante. Este año en ViaexProsa tendremos transmisiones en vivo, entrevistas, los nuevos capítulos del Diario de un perdedor , una secci ón especial de cuentos, concursos, la radio online y muchas más sorpresas, ¡estén muy atentos a los eventos ! Refugiándome en la gastada frase "más vale tarde que nunca", les deseo un feliz año , será como siempre un gusto sobre vivir otras nuevas cuatro estaciones juntos. Eduardo