Seis y quince de la mañana y sólo he dormido dos horas. Anoche me pasé de copas como casi todas las veces que salgo, pero para mi mala suerte hoy es viernes y debo levantarme para ir a trabajar. La buena noticia es que no tengo resaca. La mala es que aún estoy borracho. Aunque mi cuerpo está absorbiendo lentamente lo bebido y bailado, puedo bañarme y moverme sin tantos problemas. No quiero ni mirarme al espejo, seguramente estoy con una cara como si fuera de cera, pero derretida. Felizmente tengo ropa limpia y planchada y sólo debo vestirme, lo cual hago sin ganas y casi por inercia. En el camino al trabajo pongo música que ayude a mantenerme despierto; he decidido escuchar uno de mis CDs favoritos: Lo mejor de The Rolling Stones en concierto, y pretender cantar en inglés mientras manejo rápido, insultando de vez en cuando – en inglés- a los taxistas que quieren cerrarme el paso. Mick Jagger conserva aún esa voz que llama a cantar en grupo y celebrar la vida. Viejo bastard