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Mostrando entradas de junio, 2010

No me olvides

Conserva mi fotografía y el cristal que nos separa no me guardes como al libro cuyas hojas desgastadas se congelan en su tiempo resignadas al olvido Y si algún día me guardas que sea cariño por lo que una vez tuvimos resérvame un espacio junto a tus latidos Ha pasado el tiempo aumentó nuestra distancia las miradas son distintas la respiración más baja y los labios tan ajenos Pero estás en mis versos retratada para siempre enmarcada con mis manos apreciada aquí en mi pecho Conserva mi fotografía y el cristal que nos separa no podremos ser ajenos porque el hombre que ahí posa te amó como a su vida Eduardo

Una ola no se repite: 2. Miradas perdidas

(Primer capítulo:  1. La primera impresión ) Valeria trató de no parecer sorprendida para no avergonzar más a Diego, quien ágilmente se puso de pie y esbozó una sonrisa, disimulando inútilmente su ebriedad. -¿Qué te pasó? -Nada malo. Me eché un rato a esperar a mis amigos -¿Ellos están por acá? Diego estuvo a punto de preguntarle la hora pero iba a quedar peor, entonces sacó su celular fingiendo recibir una llamada y se fijó en la pantalla: Cuatro y cincuenta y seis. Muy tarde para ser de noche, muy temprano para ser de día. Se encogió de hombros haciendo saber a Valeria que sus amigos no vendrían por él. Se dio cuenta también que ella estaba algo inquieta, quizá incomoda.

Una ola no se repite: 1. La primera impresión

-Buenas tardes señorita vengo por la entrevista, me citaron a esta hora. -Hola, ¿Cuál es tu nombre? -Diego Castillo -Toma asiento por favor, voy a avisar que estás aquí. -Gracias, yo espero.